lunes, 7 de diciembre de 2009

Sobre el 'Cambio' [Facu]

Hablar del cambio hoy en día es un lugar común entre aquellos que, desencantados con su entorno, desesperan ante la fatalidad de un destino ineludible al tiempo que se desentienden de todo tipo de responsabilidad. Bajo el manto de una indignación no comprometida se oculta la legitimación de un grave individualismo egocéntrico con el beneficio de una conciencia tranquila.
Lo cierto es que esta clase de reduccionismo recurrente no contribuye en lo más mínimo a mejorar las condiciones que a través de él se denuncian. Pero tampoco es una simple crítica descomprometida en cuanto es ella misma una manifestación de aquello a lo cual, solo en apariencia, se opone. Un sujeto que habla y no hace, puede ser un pusilánime que, en todo caso, no merecería siquiera una reflexión como ésta. Pero aquél que, en la medida que habla, se sirve de argumentos trillados para matizar el amargo sabor de sus propias inmundicias merece, al menos, ser puesto al descubierto en sus verdaderas intenciones.
Es por eso que no es contradictorio proponer aquí otro lugar ‘común’ en oposición al primero, no sin antes tener en cuenta la necesidad de una re-elaboración enriquecedora del mismo: El cambio empieza por uno. Esta sencilla frase es fácilmente atacable desde aquellas posturas paranoicas que tienden a disminuir el valor del sujeto haciéndolo presa de macroestructuras que lo exceden y dominan hasta el fondo mas intimo de su conciencia. No es ésta, sin embargo, razón suficiente para desacreditarla aunque si constituye un escape muy tentador y moderno para aquellos que han abandonado la lucha antes de comenzarla.
Por lo demás, dejo librado a la conciencia de cada uno, apelando a una auto sinceridad casi utópica, la decisión sobre qué es lo que verdaderamente vale la pena ser hecho o dicho.

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