martes, 24 de noviembre de 2009

Olga Orozco [comentada]

Plumas para unas Alas

Un metro sesenta y cuatro de estatura sumergido en la piel
lo mismo que en un saco de obediencia y pavor.
Cautiva en esta piel,
cosida por un hilo sin nudo a esta ignorancia,
aferrada centímetro a centímetro a esta lisa envoltura que me protege a medias y por entero me delata,
siento la desnudez del animal,
el desabrido asombro del santo en el martirio,
la inexpresiva provocación al filo del cuchillo y al látigo del fuego...

[Hasta aquí una clara exposición de la antigua imagen platónica del alma encerrada en un cuerpo (ver diálogo Fedón). En el fondo hay un concepto antropológico: el hombre no es curpo+alma sino un alma encerrada, presa, 'cautiva' en un cuerpo. El alma sufre y padece las pasiones del cuerpo, los instintos, el inconsciente. Obviamente hay implícita una valoración muy determinada, el alma esta por encima y es mucho 'mejor' que el cuerpo. Este mismo concepto platónico fue exagerado y desvirtuado por la tradición medieval cristiana. (como de costumbre)]

...No me sirve esta piel que apenas me contiene,
esta cáscara errante que me controla y me recuenta,
esta túnica avara cortada en lo invisible a la medida de mi muerte visible.
Apenas una pálida estría en la muralla:
la tensa cicatriz sobre la dentellada de la separación.
No puedo tocar fondo.
No consigo hacer pie dentro de esta membrana que me aparta de mi,
que me divide en dos y me vuelca al revés bajo las ruedas de los carros en llamas,
bajo espumas y labios y combates,
siempre a orillas del mundo, siempre a orillas del vértigo del alma...

[La imagen del auriga y los 2 corceles nos remite al diálogo Fedro del mismo Platón. La idea principal es la siguiente: el alma tiene una división tripartita y jerárquica: la parte racional, la mas elevada de todas (que la podemos ubicar en la cabeza); la parte irascible, valentía, honor, orgullo, nobleza (que podemos simbolizar con el pecho); y la parte pasional de los apetitos mas bajos (simbolizada por el abdomen). Los 2 corceles representan las 2 partes bajas y el auriga es la Razón, que muchas veces no puede imponer su autoridad y se ve arrastrada, esclavizada por las pasiones.]

...No alcanza para lobo
y le falta también para cordero.
Y no obstante me escurro entre los dos bajo esta investidura del abismo
invulnerable al golpe de mi sangre y a mi pira de huesos.
¿Quién apuesta su piel por esta piel ilesa e inconstante?
Nada para ganar.
Todo para perder en esta superficie donde sólo se inscriben los errores sobre la borra de los años.
Y ese color de enigmas que termina en pregunta,
esa urdimbre cerrada donde cruzan sus hilos la permanencia y la mudanza
esa simulación de mansedumbre alrededor de un cuerpo irremediable
ese aspecto de falso testimonio con que encubre, bajo la misma lona, es el fantasma de ayer y el de mañana,
ese tacto como una chispa al sol, o un puñado de vidrios, o un huracán de mariposas,
¿a imagen de quién son?
¿A semejanza de qué dios migratorio fui arrancada y envuelta en esta piel que exhala la nostalgia?
Una mutilación de nubes y de plumas hacia la piel del cielo.

[Seguimos con el hilo del Fedro platónico,no por capricho sino porque Olga misma se nutre de esa fuente. El mito dice que, en una existencia previa a la mundanal-terrenal, las almas formaban parte del cortejo de alguna de las divinidades y en una especie de revoluciones cíclicas podían contemplar perfectamente las ideas eternas y el Bien (sin intermediarios). Pero, si la parte mas elevada del alma, la racional, se dejaba entorpecer por las otras dos, si el auriga perdía el control del carro y la contemplación de las verdades era obstaculizada, el alma misma perdía sus alas y caía a una existencia inferior (este mundo terrenal y humano) donde tendría la posibilidad de purgar sus faltas y a partir de la vida ascética y filosófica recuperar las "plumas" de sus "alas". Por eso Olga hace alusión mas arriba a una "muerte visible", puesto que en realidad esta existencia nuestra, sensible, terrena, es para el alma una muerte con posibilidad de retorno a la vida. Es por eso que en el Fedón, cuando Sócrates toma la cicuta y muere, su ultimo deseo es que sea sacrificado un gallo a Esculapio o Asclepio (depende la edición) que era un médico mítico que es mencionado ya en la Iliada de Homero y simbolizaba la Vida, aquella Vida a la cual Sócrates esta convencido que se dirige al morir.]


1 comentario:

  1. Interesante interpretación platonica del poema como exquisita su coherencia, sin embargo, hay que reconocerle al "Gordo" Tomás que a pesar de como buen cristiano desvirtuar el concepto de hombre, con su aristotelismo recuperó un poco la concepción del mismo como compuesto y paró con la exageración.

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