domingo, 14 de noviembre de 2010

Coming Back to Life

Bueno, heme aquí otra vez… de donde en realidad nunca me he ido, pero sinceramente no confío tanto en la hiper-comunicación que se nos abre a través de ‘internet’. Un profesor mío dice “…puede que estemos ‘conectados’, pero ‘comunicados’ no lo creo…” y empiezo a pensar que tiene razón. Uno –en este caso yo- sube una nota, un texto, un algo y tal ves nadie lo lea… y no culpo a nadie porque no creo que una nota mía vaya a cambiar el curso de la vida de nadie… tampoco escribo para eso. Es como tirar un mensaje dentro de una botella desde Mar del Plata y esperar que lo lea alguien en Madagascar, y no solo que lo lea sino que lo aprecie y lo comparta. Es prácticamente jugar a lo imposible. Pero, volviéndome sobre mi mismo –eso es estrictamente lo que significa ‘re-flexión’-sinceramente he leído algunas cosas en Internet, en blogs y demás espacios por el estilo realmente reveladoras. Es una gran herramienta, sobre todo para aquellos que no somos, por así decirlo, seres humanos demasiado ‘sociales’. En realidad, todos somos sociales… nos nutrimos de una cultura situada histórico/culturalmente que puede ser mejor o peor, nadie lo elige –nadie puede elegirlo, así como nadie elige nacer- pero, en todo caso, renegar de eso es un contrasentido. He visto, más bien he ‘leído’ muchos ‘anglo-filos’ que se masturban pensando en la posibilidad en haber nacido en los países de la ‘cultura’, en este caso Inglaterra, pero también hay muchos ‘franco-filos’… y, en suma, hay pelotudos de todos los colores. Cuando digo algo por estilo me acusan de ser un ‘apologista’ de las banderas, el ‘patriotismo’, el ‘nacionalismo’, todas palabras fuera de moda. Sobre todo cuando el comentario lo hago en esos tan comunes círculos de ‘neo-hippismo’ bizarro de camisa de bambula y vacaciones en el Bolsón. No sé. Yo escucho los Beatles, Pink Floyd y King Crimson, pero de ahí a que me hagan un surco en la cabeza hay una distancia considerable. Últimamente no me siento cómodo en ningún círculo, por eso trato de no frecuentar ninguno. Ni siquiera estos círculos de cibernautas que anunciamos la revolución por ‘Msn’ o te mando la gacetilla de la guerrilla al ‘Hotmail’. No creo que nada de esto tenga sentido, o tal vez si, no sé. ‘¿y qué querés? ¿Ponerte un pasamontañas y romper los vidrios de un McDonald’s?’… y, no sé… seguramente al otro día le hagan juntar los vidrios al pobre flaco que labura ahí por dos mangos. No quiero nada. Tampoco me llena encerrarme como un pelotudo a jugar al intelectual leyendo “Ser y Tiempo” y hacerme un cuadro sinóptico con todos los ‘existenciarios’ del Dasein. Intenté con la poesía, pero la verdad, nueve de cada diez poetas me parecen una manga de imbéciles… solo disfruto con las poetizas, esas si que saben escribir, porque no juegan a ser difíciles ni hacen alarde de toda su formación humanística. ¿Qué sé yo? Tal vez me equivoque. Muy probablemente.

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